El auditorio para la iglesia del nazareno pretende generar una experiencia en el creyente que lo conecte con Dios durante su estancia en el templo. La roca y la Luz se unen en una metáfora para dar paso al concepto del proyecto, La luz a través de los amplios ventanales pretenden enmarcar la vista hacia las montañas al Sur del Valle central; la relevancia del ingreso al auditorio es dispuesta por la materialidad rugosa y la verticalidad de un elemento arquitectónico icónico. El proyecto aprovecha la pendiente del terreno natural emplazándose en diferentes terrazas.